El verano está a punto de llegar. ¿Está tu coche preparado para el calor de estas fechas?
Primavera, verano, otoño, invierno… Cada estación tiene sus particularidades de temperatura, humedad etc. Y estas particularidades pueden afectar a tu vehículo si no realizas el mantenimiento de forma correcta. Seguro que tú estás preparado para la época estival, pero ¿lo está también tu coche?
El calor de verano, principal riesgo para la salud de tu coche
Si en invierno son el frío y las precipitaciones quienes ponen a prueba a nuestro vehículo, en el verano es el calor el que puede afectar al rendimiento de nuestro vehículo debido a las largas jornadas de sol y calor. Hay que sumar a esto que es en esta época del año cuando habitualmente se producen más desplazamientos: los automovilistas, animados por el buen tiempo, hacemos más excursiones, nos acercamos a la playa o a parques naturales y por supuesto están las ansiadas vacaciones de verano.
¿Qué componentes son los que más sufren el calor veraniego? ¿Qué podemos hacer para que el calor no deteriore esos componentes y nuestro coche permanezca sano, y lo que es aún más importante, seguro? Podemos hacer mucho con pequeños gestos dentro de un mantenimiento responsable del vehículo. ¿Te animas?
Revisa la presión de los neumáticos
En la estación estival los neumáticos sufren más que nunca: el asfalto está caliente, su propia temperatura es más elevada por la incidencia del sol, el calor que desprenden los demás coches… Chequea una vez al mes y siempre antes de iniciar un viaje que llevas la presión adecuada. No hacerlo eleva tus posibilidades de sufrir, por ejemplo, un pinchazo, entre otros problemas derivados de no llevar los neumáticos a punto.
Cuida los frenos
Las pastillas de freno ya están sometidas habitualmente a altas temperaturas debido a la fricción con el disco. Con el calor del verano la temperatura que alcanzan se incrementa aún más, mientras que la refrigeración es más difícil. ¿Solución? Una conducción suave y el uso del freno motor evitarán sobrecalentamientos innecesarios de los frenos y un mantenimiento responsable del vehículo te asegurarán una buena capacidad de frenada.
Refrigeración y lubricación del motor, vitales
La temperatura óptima de funcionamiento del motor es de unos 90ºC. Para que esto sea así el mantenimiento del aceite y del líquido refrigerante son claves. ¿En qué hay que fijarse? Hay que revisar los niveles cada pocas semanas y sustituir los líquidos cuando toque, según el libro del coche o el consejo de nuestro EuroTaller.
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Sistema de climatización
Quizás ya has empezado a usarlo, pero si no lo has hecho aún te aconsejamos no esperar más para comprobar que todo funciona bien realizando una revisión en tu centro EuroTaller más cercano. Un aire acondicionado en malas condiciones puede dejarte sin servicio en cualquier momento o inundarte de malos olores.